
A veces los comienzos son malos pero los finales son tan hermosos como las hojas que caen en otoño o la lluvia en invierno, esa brisa del mar, esos pasos dejados a la orilla de aquel infinito cielo que ilumina y plasma un atardecer de sensaciones… de palabras, de susurros y miradas, es como una canción… es como el sonido de un piano, cada tecla, cada nota resuenan y recorren sin pena mis recuerdos y sacándolos de aquel baúl en el que los guarde, es tan corto el recorrido hacia tus ojos, tus besos, esos besos dueños de mis escalosfríos junto a aquellos ojos que vieron cada una de mis yo y su lucha de ver quien estaría a tu lado. Nunca me reí tanto de mi misma ni pensé que lo llegaría hacer solo me senté a contemplar junto a ti la lluvia caer y escuchar aquellas gotas caer sobre el césped mientas aun seguías contemplando el cielo nublado.